Las jornadas, orientadas a mujeres trabajadoras y empresarias, pretenden que la formación y sensibilización se conviertan en las herramientas necesarias para dar apoyo a futuras víctimas de violencia de género en el ámbito laboral
Madrid, 3 de octubre de 2008.- Bajo el título «Violencia de Género en el ámbito laboral», la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid (ASEME), organizó el pasado 2 de octubre una jornada en la que se abordó el problema de la violencia de género así como los indicadores legislativos, los tipos de violencia de género en el ámbito empresarial, el acoso moral en el trabajo (mobbing), las formas más comunes en las que se manifiestan estas agresiones (depresión, estrés, ansiedad), las medidas correctoras y sus consecuencias.
La jornada, dirigida a asociadas, mujeres trabajadoras y empresarias en general y a la que asistieron varias asociadas de Aseme, estuvo moderada y coordinada por la abogada Begoña Sainz de la Maza, que puso sobre la mesa aspectos como la intervención social con mujeres víctimas de violencia de género, la aplicación de las prestaciones sociales, la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la atención de mujeres víctimas de violencia, así como los aspectos psicosanitarios en la actuación con estas mujeres.
Igualmente se trató la magnitud y el análisis del fenómeno, así como el estudio de los principales elementos y circunstancias de los casos de violencia laboral, un fenómeno que es entendido como toda acción ejercida en el ámbito del trabajo que manifieste abuso de poder por parte del empleador, del personal jerárquico, de quién tenga la función de mando, de un tercero, de mando, de un tercero vinculado directa o indirectamente con él o de quien tenga influencias sobre la superioridad.
La abogada Begoña Sainz de la Maza, que afirmó que las mujeres sufren ligeramente más casos de `mobbing` o maltrato psicológico en el trabajo que los hombres, también disertó sobre el acoso moral en el trabajo y la respuesta judicial ante los malos tratos. Para ello se abordó la Ley Orgánica 1/2004 de 28 de diciembre relativa a las medidas de protección integral contra la violencia de género.
El acto se enmarca dentro del programa denominado Información y Sensibilización sobre la Violencia de Género en el ámbito Laboral, y se ha realizado gracias a la colaboración de la Dirección General de la Mujer a través de la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid y con el apoyo del Fondo Social Europeo.
Con él, se pretende que la formación y sensibilización se conviertan en las herramientas necesarias para que las beneficiarias de la mesa redonda puedan dar apoyo, en la medida de lo posible, a futuras víctimas de violencia de género en el ámbito laboral.
En el mundo del trabajo, la violencia se manifiesta como abuso de poder para doblegar la voluntad del otro mediante el empleo de la fuerza física, psicológica, económica y política. La violencia en el entorno de trabajo se deriva de una combinación de causas relativas a las personas, el medio ambiente y las condiciones de trabajo, así como a las formas de interacción entre los propios trabajadores, entre los clientes y los empleados y entre éstos y los jefes.
La violencia laboral es toda acción ejercida en el ámbito del trabajo que manifieste abuso de poder por parte del empleador, del personal jerárquico, de quién tenga la función de mando, de un tercero, de mando, de un tercero vinculado directa o indirectamente con él o de quien tenga influencias de cualquier tipo sobre la superioridad, según la definición elaborada por la Secretaría de Igualdad de Oportunidades de la Unión del Personal Civil de la Nación.
Según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la violencia en el entorno de trabajo se deriva de una combinación de causas relativas a las personas, el medio ambiente y las condiciones de trabajo, así como a las formas de interacción entre los propios trabajadores, entres los clientes y los empleados y entre éstos y los jefes.
Este riesgo, según un informe preparado por la OIT, es considerablemente mayor para las mujeres, dado que se concentran en las ocupaciones más expuestas, como la enseñanza, el trabajo social, la enfermería, la banca y el comercio minorista. Las categorías de trabajadores doblemente vulnerables a la violencia son las empleadas de distinto origen étnico que el de sus compañeros de trabajo y las que trabajan en zonas francas de exportación.